lunes, 12 de septiembre de 2011

LAS ERAS DEL ZODIACO



Los seres humanos ocupan un lugar sumamente interesante en el seno del esquema cósmico de las cosas. Nuestros cuerpos físicos tienen las mismas necesidades que las de todos los mamíferos. Para sobrevivir tenemos que comer y necesitamos techo y calor. Pero, a diferencia de otras criaturas de sangre caliente, también nos resulta necesaria una conexión espiritual con el universo del cual formamos parte. Tenemos consciencia individual y Consciencia Universal.
Los planetas y las estrellas de los cielos, allá en lo alto, y nuestras pequeñas vidas aquí abajo, en el tercer globo que gira alrededor del Sol, poseen un nexo inseparable: EN EL COSMOS TODO ES UNO. La Astrología es el medio para percibir esta fundamental interconexión y la hermosa unidad de la vida.
Desde tiempo inmemorial la Humanidad persigue gobernar el tiempo, en el sentido más amplio de la palabra, es decir cronológico y meteorológico.
Como seres humanos de una Era Tecnológica vivimos obsesionados con el tiempo lineal, el que marca nuestros sofisticados relojes y nuestras apretadas agendas. Hemos perdido la noción del tiempo cósmico. Si no tuviera un reloj digital o una agenda que me marcará el calendario, ¿sabría en que momento del año, mes, día y hora me encuentro?
Vamos a imaginarnos hace 10.000 años, cuando no teníamos reloj digital. Vamos a imaginarnos a un agricultor cuando se hiciese a sí mismo una pregunta tan trivial como, por ejemplo, ¿cuando sembrar? Por fortuna el cielo ofrece una serie de patrones en los movimientos del Sol, La Luna y las estrellas que, una vez observados y entendidos, permiten elaborar un calendario. Es aquí, en el intento de establecer un patrón con el que gobernar el tiempo y responder a las necesidades productivas y alimenticias de la población, donde debemos buscar el origen de los signos zodiacales.
Los orígenes de la Astrología se remontan al nacimiento de las primeras comunidades agrícolas en la prehistoria del hombre. Para ellos, el cálculo preciso del tiempo se convirtió en elemento importante para la supervivencia, al depender el éxito de las cosechas de la oportunidad de la siembra unos meses antes. Por otra parte, cualquier fenómeno natural de causas desconocidas se achacaba a la intervención de los dioses. En este marco histórico surgen simultáneamente la Astrología y la Astronomía.
Las primeras ciencias fueron la Astrología y la agricultura. En la mayoría de las civilizaciones más antiguas (y en muchas de las modernas) estos dos aspectos esenciales de la vida humana aparecen totalmente integrados. Para la existencia física es fundamental el estudio de las posiciones de los planetas y del Sol y la Luna por su relación con los grandes ciclos climáticos de la naturaleza.
La humanidad ha de mirar hacia lo alto para calcular el mejor momento de plantar y cosechar. Pero también ha de mirar hacia su interior para comprender su propio ciclo de transformación, sus propios patrones de crecimiento y sus propios métodos que le permitirán sembrar y cosechar los premios de su evolución psicológica y espiritual. La Astrología aporta unidad y significado a la relación vital entre el cultivo de la tierra y el de nosotros mismos.
La Astrología es muy antigua. Hay horóscopos que fueron escritos en tablillas de arcilla de 3.000 años a.C., lo cual quiere decir que hace más de 5.000 años la astrología ya era un estudio establecido, un código de comprensión escrito.
Los orígenes de la Astrología se remontan al Antiguo Egipto, Babilonia, Imperio Maya y a la India y quizás a civilizaciones anteriores como la Atlántida. Estás civilizaciones estudiaron los movimientos de las estrellas con muchísima precisión y guardaron registros astronómicos durante miles de años. El famoso Zodiaco de Denderah en Egipto es un ejemplo de sus registros, grabado en el Techo del Templo de Hathor, que actualmente se conserva en el Museo del Louvre . Otro ejemplo es el Zodiaco de Esna, en el Templo de Esna, de la  dinastía XVIII (1350 a.C.).
Zodiaco de Dendera
Zodiaco de Dendera Tropical-Sideral
Zodiaco de Esna
2.1. EL ASOMBROSO ZODIACO DE DENDERA.
En 1976, Albert Slosman, profesor de matemáticas, doctor en análisis informático y participante en los programas de la NASA para el lanzamiento de los Pioneer sobre Júpiter y Saturno en 1973, 1974 y 1975, publicó en París un libro titulado “El gran cataclismo”. En este libro sensacional se relata con todo lujo de detalles un acontecimiento ocurrido hace 12.500 años: el hundimiento de la Atlántida descrito por Platón en Timeo y Critias.
La resonancia del libro de Slosman fue escasa ya que pasó por ser un libro más sobre el tema Atlante (más de 12.000 títulos a lo largo de la Historia) con unas hipótesis curiosas ignoradas por los científicos oficiales. Dos años más tarde salió a la luz “Los supervivientes de la Atlántida”, donde se describe la gran migración de los Atlantes desde el continente hundido hasta Egipto con arreglo a una nueva lectura de 1os textos jeroglíficos, que culminó con la publicación en 1979 de “El libro del más allá de la vida”, más conocido como el “Libro de los muertos”.
Es muy probable que Albert Slosman acabe siendo reconocido como uno de los más grandes Egiptólogos de todos los tiempos, aunque hasta 1972, año en que pasó cuatro meses en Egipto, no se dio cuenta, de que se le habían abierto unos horizontes absolutamente fantásticos sobre la antigüedad Egipcia.
De todos los lugares fascinantes de Egipto, Déndera fue el que más le apasionó, por ello se centró en el estudio de su famoso Zodíaco, que fue encontrado por casualidad o CAUSALIDAD durante la campaña Egipcia de Napoleón. Cuando el ejército del sur, al mando del general Desaix, iba en persecución del ejército Mameluco, tanto hombres como animales estaban agotados y el general ordenó un alto para descansar en las arenas del desierto y descargar los camellos. Bajo el peso de una caja de municiones se abrió un hueco en el suelo y ésta se hundió en él. Los soldados se asomaron por el agujero y descubrieron que la caja había caído dentro de una sala casi llena de arena, a la que no tardaron en bajar.
El ejército iba acompañado por una veintena de sabios que entraron tras los soldados y se encontraron con que el techo de aquella cámara era un maravilloso mapa celeste. Acababan de descubrir en el fastuoso templo de Déndera, medio enterrado entre las arenas, su asombroso Zodiaco.
UNA LOSA DE 20 TONELADAS
Las dimensiones originales de la losa en la que se había esculpido el Zodíaco eran de 3,60 metros de largo Por 2,40 de ancho y un grosor de 90 centímetros, lo que significaba un peso entre 20 toneladas. Para aligerar el peso, M. Lelorrain, el héroe encargado de desmontarlo y transportarlo a Francia, decidió cortar dos series de líneas en zigzag, que tenía la piedra en su parte más larga, con el fin de cuadrarla. Con esto eliminó el jeroglífico que representaba el gran cataclismo, ya que en la lectura de los jeroglíficos el agua se representa con una línea quebrada; el plural de las aguas son dos líneas; con tres la crecida del Nilo y el diluvio con cinco líneas quebradas. Como el Zodíaco de Déndera está rodeado de ocho líneas, nos encontramos con un Superdiluvio, de ahí la idea de llamarlo “El gran cataclismo”.
ASTROLOGIA Y ASTRONOMIA EGIPCIA
El templo de Déndera, es El templo de la Diosa Hathor, La Dama del Cielo y todos los fundamentos de la Astronomía y de la Astrología parten de allí, y así fue a lo largo de sus reconstrucciones, ya que la que actualmente contemplamos es la sexta reconstrucción sobre los únicos cimientos originales, que se remontan a los arquitectos Sucesores de Horus (SemShu-Hor), que fueron los primeros supervivientes llegados a las orillas del Nilo, tras el cataclismo Atlante. Existe un papiro del escriba del faraón Keops en el que se precisa que, por orden de Khufu (Keops), el Templo de la Dama del Cielo de Déndera será reconstruido por tercera vez, sobre el mismo emplazamiento y según los planos establecidos por los sucesores de Horus, los SEM-SHU HOR, sobre pieles de gacela y salvaguardados en los archivos del Rey.
La Astrología que nosotros estudiaremos se basa en la sabiduría de Egipto y Grecia, pero sobretodo estudiaremos el legado Egipcio y de sus antecesores, La Atlántida o como se conocía por su nombre AHA-MEN-PTAH, La Tierra del Corazón Primogénito de Ptah (El Creador).
ERAS DEL ZODIACO
HIPóTESIS
Siguiendo la máxima del Kybalion “Como es arriba es abajo” o “Sistemas dentro de Sistemas”, si estamos girando alrededor de un SOL CENTRAL llamado Alcyone, de la Constelación de las Pléyades, como los egipcios y mayas consideraban,  también tendremos un Ciclo Zodiacal de 12 sectores de 2.160 años con una duración total de 25.920 años. Luego los Ciclos Zodiacales del Sistema Solar y el Sistema Solar de Alcyone se integran en el siguiente Zodiaco:
Zodiaco Tropical-Sideral Era Actual (Piscis-Acuario)
Como vemos en la imagen del Zodiaco, el Punto Vernal (PV), me marca el equinoccio de primavera del momento actual, desplazándose 1º cada 72 años en sentido retrógrado a lo largo del círculo de la eclíptica .
En este caso, vemos como en el Ciclo Solar de Alcyone (círculo azul), los Signos Zodiacales exteriores coinciden aproximadamente con las Constelaciones Siderales. Si de hecho el 21 DE DICIEMBRE DEL 2012, comienza la Era de Acuario, coincidiría con esta disposición. La entrada total en la Era de Acuario se producirá el 21 de Diciembre del Año 2012, teniendo una duración de 2160 años, es decir hasta el 4172 d.C.
Veamos algunos ejemplos más:
 ERA DE ARIES
El PUNTO VERNAL  retrocede en el comienzo de ARIES SIDERAL, cerca de la constelación de las PLEYADES. Hemos retrocedido 4.320 años en el tiempo, en el 2300 a.C.
Zodiaco Tropical-Sideral Era de Aries-2300 a.C.
En el año 2300 a.C. aproximadamente, el equinoccio de primavera se desplazó del Signo de Tauro (Apis y la Constelación  Mentoe) hacia el Signo de Aries, entrando en la era de Aries o según los egipcios Amon- RA. Se erigieron estatuas y templos dedicados a esta Nueva Era y a la energía de La Conciencia Universal y Evolución que traía consigo. El templo de Luxor es un ejemplo de ello, dedicado a Amon-RA.  Vemos las pruebas:
Entrada Templo de Karnak, Luxor
ERA DE TAURO
El PUNTO VERNAL se traslada al comienzo de TAURO SIDERAL, cerca de la constelación de ORIÓN. Hemos retrocedido 6.480 años en el tiempo, en el 4.320 a.C. Era de Tauro, Apis o Mentoe.
Zodiaco Tropical-Sideral Era de Tauro-4320 a.C.
Jeroglífico de la Era de Tauro, Apis o Mentoe subido en la Barca Solar.
ERA DE LEO.  LA ESFINGE DE GIZEH, MARCADOR EQUINOCCIAL DE LA ERA DE LEO
Si la esfinge de Gizeh tenía una forma completa de León, me estaría marcando el equinoccio de primavera (Punto vernal PV) en la Era de Leo.
En la siguiente imagen podemos ver el Zodiaco Sideral y Tropical en el Equinoccio de primavera o punto vernal (PV) en la Era de Leo, es decir hace 12.960 años, en el 10.900 a.C:
Zodiaco Tropical-Sideral Era de Leo-10900 a.C.
¿Existen pruebas y argumentos que demuestren que la Antigua Civilización Egipcia-Atlánte existió en la Era de Leo? Un ROTUNDO SI.
1. Zodiaco de Dendera Horizontal. Jeroglífico de la Era de Leo en las paredes del Templo de Dendera. El León aparece en una barca solar.
Jeroglífico del León subido en la Barca Solar
2. Zodiaco de Dendera circular. El león sobre una barca solar. Era de Leo en el Techo del Zodiaco de Dendera.
Signo de Leo en el Zodiaco de Déndera Circular
3. Jeroglifico de los LEONES mirando en direcciones opuestas, marca el ZEP TEPI o “Tiempo Primordial”.
Jeroglífico ZEP-TEPI o Tiempo Primordial
Extracto del libro  la profecia de Orión, Patrick Gerlyn:
Cada año, el 21 de junio empieza el verano en las regiones del norte. Ese día, el Sol alcanza su punto máximo en el cielo y todos sabemos que es el día más largo con la noche más corta. Lo opuesto se aplica para nuestras antípodas, pues para ellas es la noche más larga y empieza el invierno. En el transcurso de un año se producen otros dos acontecimientos destacables: el momento en el cual el día y la noche son iguales en ambos hemisferios, o equinoccio. El equinoccio de primavera de un hemisferio es el de otoño en el otro. 
La gente de la Atlántida y otras antiguas civilizaciones eran muy inteligentes. Ellos emplearon astrónomos. llamados Kabirim (medidores del Cielo) que tomaron nota diariamente de las posiciones del zodiaco. Luego de muchos años, pronto descubrieron que había algo que no concordaba. Lenta, muy lentamente, otro signo estelar empezó a elevarse el primer día de primavera (cuando el día y la noche tienen la misma longitud). Habían quedado tan impresionados con esto que le dieron distintos nombres a los diversos signos estelares. La Era de Piscis termina y durante el equinoccio de primavera el Sol empezará a elevarse contra la nueva formación de Acuario.
En Egipto, el zodiaco era “sagrado”. Siempre que una nueva era comenzaba, se reconstruían los templos, jardines, estatuas, esfinges, etc., para que encuadraran con la misma. Los arquitectos paisajistas (hijos e hijas de Ptah, arquitecto del cielo y de la tierra) tuvieron que rediseñar todo, para que se correspondiera con los cambios radicales de la “era de la precesión”.
Ellos eran profundamente religiosos y sentían una extrema consideración por el zodiaco. Alrededor del año 2100 a.C, el equinoccio de primavera se desplazó hacia el signo de Aries. Fuentes históricas revelan que el nombre de “Mentoe”, o Tauro, desapareció y fue reemplazado por el Carnero de Amón . Los faraones agregaron el nombre de Amón a sus nombres, a saber, Amenhotep, Amenophis, Tutankhamón. En una de las salas del templo de Akh-Menor en Karnak, la cual es parte del templo de Amón, está escrito: “Palacio de retiro para el Alma majestuosa, Alta sala de Aries que viaja por el cielo”. La razón por la cual los egipcios consideraban al zodiaco tan importante, puede hallarse en la historia de Aha-Men-Ptah o Atlántida. De diversos tabloides y textos sagrados, Albert Slosman pudo reconstruir la era de este país. Empezó unos 26.000 años antes de la llegada a Egipto. El primer rey es Ptah-Nou-Fi, quien escribió las primeras “Combinaciones Matemáticas Celestiales” en rollos de cuero. En 864 años, el Sol había pasado por doce grados del zodiaco en el “cordón” que va de un lado al otro de la Tierra. Al signo estelar que luego desapareció lo nombró Khi-Ath, o “Juez de los Corazones”. Él justificó este nombre porque para decidir la diferencia entre el bien y el mal, se pesaban los corazones de las personas en ese periodo. No mucho tiempo después, le dio a este signo estelar el nombre de “La Balanza” (Libra).
Cuando leí esto por primera vez, no presté atención a los números mencionados. Unos meses más tarde, habiéndolo releído varias veces, algo sucedió de repente. Un círculo mide 360 grados; doce grados es un treintavo de esto: 360 / 12 = 30. Multiplicando 864 por 30 da como resultado 25.920. ¡Esta es la duración de un ciclo zodiacal completo! También 12 es igual al número de signos del zodíaco. Entonces, estos números representaban un código determinado.

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