Por Ammy Michelena
El Feng Shui se ocupa de armonizar las energías de nuestra casa o de nuestro lugar de trabajo, pero para que el equilibrio sea total debemos mirarnos también hacia adentro. Aprender a conocerse a uno mismo, a quererse y desarrollarnos como personas es también un reto que merece la pena asumir.
¿Cómo conseguirlo? Hay muchas formas de reencontrarse con la propia esencia y ninguna de ellas es instantánea ni demasiado fácil. Podemos acercarnos a disciplinas milenarias como el yoga, el tai chi, empezar a preferir la comida natural, aprender a respirar profundamente, practicar meditación, vivir con más consciencia de la naturaleza y del propio espíritu… en fin, hay mil formas de crecer por dentro y de alcanzar el equilibrio, pero todas ellas exigen cierto grado de compromiso y de esfuerzo.
En el Feng Shui la práctica no es difícil, no requiere grandes inversiones económicas, no hace falta profesar religión o creencia alguna y, además, suele resultar de lo más divertido. Para llenar nuestro hogar —o nuestra oficina— de las mejores energías haremos uso de unas cuantas herramientas.
- Una brújula.
- Un plano de nuestra vivienda.
- Conocimiento de los cinco elementos de la tradición china.
- Un mapa Bagua.
- Ganas de hacer ciertos cambios.
- Deseo de abrir nuestra vida a nuevas oportunidades.
- Valentía para deshacernos de algunas cosas.
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