martes, 21 de febrero de 2012

El cerebro femenino

Las decisiones son inconscientes . parte 2

Las Decisiones son inconscientes. Parte 1

Que es Astroanamnesis?



                      



Si tenemos en cuenta lo que al parecer dice la neurociencia sobre el Inconsciente...y es que éste ocupa el 95% de lo que "somos"... y que, en realidad, el 5% restante no es más que el espacio que utiliza ese inconsciente a fin de obtener los recursos para, desde ahí, conseguir su propósito.... no sería razonable cuanto menos abrirse a la posibilidad de que el mapa natal tropical (el mapa de la atmósfera, el "universo" en el que uno nace) hiciese referencia, precisa y únicamente ese ..5%)?
El mapa natal tropical es una representación gráfica, construida teniendo en cuenta el lugar y el momento exacto del nacimiento. Por lo tanto, ese mapa natal es único para ese individuo pues, aunque parezca obvio, si hubiese nacido en el mismo momento pero en otro lugar, o en el mismo lugar pero en otro momento, ya no tendría ese mapa, tendría otro. Por consiguiente ese mapa, más que darnos información del nativo, nos daría información de las características, de la atmósfera y de las peculiaridades del entorno que le vio nacer. Nos permitiría…, no identificar a la familia (dicha definición sería distinta para cada uno de los miembros de la misma), sino identificar el cómo afectaron cada uno de los elementos de esa constelación familiar, vistos desde la perspectiva del “poseedor” de ese mapa.
El código astrológico…, nos permite definir o identificar cómo “vivía” esa persona a su padre, en función de cuáles eran las circunstancias que él estaba viviendo en ese momento y a partir de ahí que es lo que aportó a su “atmósfera”, a su ambiente, a su… historia personal; de cómo “vivía” el individuo a su madre (y que tipo de “alimento” le proporcionaba), a sus hermanos, abuelos… su entorno en general. De cómo, en definitiva, percibía a cada uno de los elementos que constituían para el esa “realidad” llamada familia.
En función de eso, del tipo de atmósfera, del tipo de “temperatura” que se respiraba en ese “espacio exterior”, cada uno de nosotros tuvo que construirse unas “defensas”, un “abrigo” para poder adaptarse y sobrevivir a dichas impresiones. Es ese abrigo, esas defensas… lo que le da forma a eso que, con el tiempo, se convierten en los elementos que conforman nuestro carácter, nuestra personalidad.
Permitámonos un inciso para hacer una reflexión:
Imaginémonos, por un instante, que en estos momentos sufrimos un síncope y a consecuencia del mismo fallecemos. Es lógico pensar que, en función de las experiencias vividas, cada uno de nosotros ha tenido que construirse un particular concepto de la realidad y un particular concepto de uno mismo.
De la misma manera, cabe suponer que, en el caso hipotético de haber vivido en una anterior encarnación, en función de las experiencias vividas, también debimos construirnos un particular concepto de la realidad… y un particular concepto de nosotros mismos. Distinto al actual…, en la medida en que distintas fuesen las experiencias vividas.
Permitámonos ahora, nuevamente, otra reflexión:
Cuando contemplamos (proyectamos) nuestra imagen sobre la superficie de un espejo…, éste nos devuelve, siempre, un reflejo, una imagen invertida de aquello que proyectemos.
Imaginémonos por un momento… que hubiésemos vivido en una anterior encarnación.
No es difícil suponer que, en función de lo vivido, nos debimos construir un particular concepto de la “realidad” y un particular concepto de nosotros mismos. Imaginémonos… que hubiésemos fallecido con ese concepto… y que hubiésemos vuelto a nacer. Al “abrir los ojos”, al contemplar la realidad que nos envuelve, lo que veríamos serían imágenes invertidas del concepto anterior.
Por ejemplo: Si uno “trajese” construida una imagen de la figura paterna muy presente, muy sólida…, en la actualidad “contemplaría” esa imagen de forma invertida, encontrándose en un entorno, donde esa figura sería débil o ausente.
Al percibir ese entorno totalmente hostil (no olvidemos que estamos recibiendo imágenes invertidas de lo que “esperamos” sea la “realidad”), para adaptarnos a esas nuevas impresiones, para “sobrevivir” a ese entorno…, nos construimos unos “ceñidores con hojas de higuera”, un abrigo, unas “defensas”… que conforman esos recursos propios de nuestra personalidad/mascara y que con el tiempo le dan forma a nuestro actual carácter.
Las bases sobre las que se fundamenta la teoría de la ASTROANAMNESIS son las siguientes:
En el momento que, aparentemente, nos des-condicionamos de ese entorno, de esa familia, de esa atmósfera hostil; en el momento en que, aparentemente, somos adultos, salimos al mundo y tomamos nuestras propias decisiones…, a partir de ese momento…., utilizamos todos los recursos que nos proporciona ese nuevo carácter, esa nueva personalidad…, para salir al exterior y empezar a buscar, de manera compulsiva, a personas, a meternos en circunstancias…, sobre las que “proyectar” los deseos y las necesidades propias de aquella vieja identificación.
Cada vez que hacemos eso, cada vez que “proyectamos” sobre alguien ese viejo deseo, esa vieja… necesidad…, la persona (o la situación) nos devuelve…una imagen invertida de aquello que pretendemos conseguir.
Para qué? Para que no podamos, en ningún momento, volver a refugiarnos en una imagen, sino falsa, cuanto menos frágil e ilusoria de nosotros mismos. Y para que, en un momento determinado de nuestra existencia, seamos conscientes del hecho de que “sobrevivimos” al hecho de no tener… aquello que considerábamos, en su momento, totalmente imprescindible.
Es en ese momento, en el momento en que nos damos cuenta que hemos sobrevivido al hecho de no tener aquello que, considerábamos, era lo único que le daba sentido a nuestra existencia, cuando nos abrimos a un proceso de realización personal, totalmente distinto, totalmente diferente, al hecho de vivir, de luchar, para conseguir… lo que en realidad no habíamos “necesitado” jamás.
El mapa tropical o “mapa de las estaciones”, confeccionado a partir del punto vernal o equinoccio de primavera, nos da información precisa de en qué época del año se produjo el nacimiento, de cual fue, en consecuencia, la “atmósfera” del individuo, el tipo de “temperatura” que envolvía su realidad, a partir de las influencias medio-ambientales generadas o provocadas en su espacio exterior, en su entorno inmediato: padres, hermanos, entorno familiar, social, cultural… etc, localizados éstos en el mandala tropical, a partir de la posición y estado cósmico de los diferentes elementos de la carta natal.
Todos sabemos de qué manera, ese mismo entorno, nos impide muchas veces desarrollar con libertad el despliegue de nuestras potencialidades. Poco a poco, a través de los distintos NO!!! Y del miedo a la pérdida de una “realidad” que nos “protege”, que nos “alimenta” y de la que nos sentimos parte, uno se va acomodando a lo que “la vida” espera de nosotros.
En ese ser frágil que es el niño, los adultos van proyectando (descargando), en ocasiones de manera despiadada, todas las frustraciones, complejos, miedos, anhelos, ilusiones… y un sinfín de distintas “inquietudes” internas, que ellos a su vez heredaron, condicionando de manera extraordinaria la construcción de la personalidad/carácter/destino… del individuo.
Determinadas orientaciones terapéuticas tienden a identificar esa armadura y a desmenuzar las distintas “capas defensivas” formadas originariamente por el paciente, que pueden haberle creado nudos, bloqueos o tensiones, transformándose, con el paso del tiempo, en traumas, complejos, fobias… y, llegado el caso, manifestándose en algún tipo de dolencia o enfermedad orgánica.
El origen de estas patologías, sería una excesiva identificación con esas “capas”, con esas defensas, que ayudaron a ese niño/a a sobrevivir.
Es esta implicación con lo “observable”, lo que los hindúes llaman Maya o ilusión, y todos corremos el riesgo de habernos identificado excesivamente con ella.
El mapa tropical sería pues ese espejo (por lo tanto susceptible, en su matiz interpretativo, al “ojo” del observador), que nos permitiría identificar cual ha sido el tipo de personalidad (máscara), cuerpo de defensas o “abrigo”, que tuvo que confeccionarse ese ser, a partir de sus particulares influencias medio-ambientales, para adaptarse, sobrevivir… y aportar a esa “realidad” aquellos elementos, aquellas substancias arquetípicas que sentía faltaban y anhelaba… para su propio equilibrio. Nos daría información… no de aquello que somos, sino de aquello en lo que nos hemos convertido para sobrevivir.
“Necesitamos redescubrir la esencia y luego nutrirla, amarla y cuidarla, como lo hubieran hecho unos padres más ilustrados. Dado que vivimos con la falsa personalidad, ésta debe emplear sus mejores recursos para realizar esta tarea. Gradualmente, la esencia puede crear y comenzar a utilizar los recursos, el reconocimiento y el poder que ahora la falsa personalidad utiliza automáticamente. En lugar de ser el habitual, digamos, dos por ciento de esencia y noventa y ocho por ciento de falsa personalidad, uno puede producir un cambio gradual que vaya incrementando cada vez más la esencia, la vitalidad y la alegría esencial en la vida y restringiendo la falsa personalidad. Esto requiere que, en adelante, se desarrolle el tipo más elevado de conciencia, al que llamamos despertar.
…La metáfora de la muerte es bastante exacta, puesto que la magnitud del cambio posible (o requerido) para despertar plenamente es como una muerte y un renacimiento. Como muchas tradiciones espirituales lo han manifestado de diversos modos: “ a no ser que vuelvan a ser como niños…”
Charles Tart El despertar del Self (Edit. Kairós)
La Astrología Tropical quizás podría definirse mejor como “astrología solar”.
Sus signos podrían ser más exactamente llamados “casas solares” o “signos equinocciales”. Su zodíaco mide la relación Tierra-Sol, pero no tiene una correlación directa con las estrellas fijas.
Como tal, su interés se centra en la psicología, la personalidad y tipo de caracteres, el lado solar de nuestra vida.
Pero… si entendemos que nuestro “destino” nuestra “realidad” personal no es más que un reflejo de nuestra “realidad” interna…
Quizás… , el entorno en el que nacemos: nuestros padres, hermanos…, nuestra “atmósfera” familiar, no sean más que el reflejo de aquél viejo, falso y limitado concepto que nos hemos construido de la “realidad” y, por consiguiente, de nosotros mismos.
Quizás…, el vivir, el nacer en un entorno, en un universo que nos refleje fielmente (y no olvidemos que al “reflejarnos” veremos una imagen invertida de aquello que proyectemos/esperemos), sea la forma que tiene la vida de “sugerirnos” aquello de lo que nos venimos, precisamente, a des-identificar.
Quizás… sea esa la manera que tiene la existencia de mostrarnos cómo afectaron al mundo nuestras viejas pautas, nuestros viejos condicionamientos… sobre los que construimos nuestro particular y siempre limitado concepto de la vida.
El mapa de la Memoria Inconsciente, confeccionado en su vertiente de signos y casas como reflejo del mapa tropical y situando los arquetipos planetarios en correlación directa con la precesión de los equinoccios, pero en sentido inverso, nos permite identificar la forma particular que tenemos de entender e interpretar los distintos arquetipos, ayudándonos a reconstruir nuestro “viejo” mito personal. Aquello que, inconsciente y compulsivamente, volveremos a intentar construir (repetir), para así poder seguir “alimentándonos” de aquello que, creemos, es imprescindible para nuestra supervivencia; de aquello que, creemos, es lo que le da sentido a nuestra “realidad”.
“Como actores que interpretan los papeles según el guión que les han entregado entre bastidores, generalmente ignoramos que estamos exhibiendo unos sentimientos que ya pusimos en marcha en el distante pasado – a veces en vidas anteriores – e ignoramos así mismo las fuerzas cíclicas ocultas que a menudo provocan sus frutos. Ser conscientes de esos guiones kármicos es el primer paso para aprender a transcenderlos”
Todos tenemos tendencia a repetir la “memoria”. Todos tenemos tendencia, en definitiva, a repetir lo que ya conocemos, pero…, posiblemente, para encontrarnos en nuestro recorrido a personas (espejos), circunstancias…, que nos ayudarán a “recordar” que esa realidad nos guía hacia el encuentro con nuestro self interior (Mapa Sideral), pero en absoluto nos identifica con él.
La Astrología Sideral podría ser llamada “astrología cósmica”. Sus signos son las constelaciones estelares. Su zodíaco mide la relación entre nuestro sistema solar, las estrellas fijas y la galaxia misma.
Se sugiere la observación de éste, como un “mapa” de potencialidades energéticas, como un elemento imprescindible de orientación, hacia donde iría encaminada nuestra alma en su proceso de evolución. En otro sentido, la podríamos definir como la referencia más precisa de nuestro self interior. Nos guiaría en el proceso de “reencuentro” con nuestra esencia individual.
Para un verdadero despliegue de nuestro Ser, no solo deberíamos ser conscientes de nuestro carácter, nuestra personalidad (sistema tropical), de las pautas inconscientes que lo condicionan y determinan (memoria inconsciente), sino también encaminarnos hacia la búsqueda consciente de nuestras verdaderas y profundas motivaciones y propósitos (sistema sideral) para el anhelado e inevitable reencuentro con nosotros mismos.





 …..”El sujeto y el objeto, lo interior y lo exterior, son y han sido siempre uno. No hay demarcación primaria. El mundo es mi cuerpo, y el lugar que miro es el lugar desde donde me miro”.
   
                                                                                                                      Ken Wilber

lunes, 20 de febrero de 2012

ISAAC NEWTON PREDIJO QUE EL MUNDO SE ACABARÍA EN EL AÑO 2060





Hace algunos 250 años, el científico más influyente de todos los tiempos Sir Isaac Newton predijo que el mundo tal como lo conocemos se acabaría en el año 2060.

Llegó a esta conclusión luego de hacer un análisis astrológico y matemático del libro del Apocalipsis en la Biblia. El documento donde Newton reveló su predicción se encuentra en la Biblioteca Nacional de Jerusalén.

Parecería inconcebible que el hombre que descubrió las leyes fundamentales del universo, haya sido uno de los más importantes entusiasta de astrología que haya tenido el mundo occidental, especialmente si tenemos en cuenta el prejuicio observable hacia esta ciencia (en parte justificado por el enfoque trivial que le han dado algunos de sus supuestos practicantes).

En el prólogo de una obra monumental escrita por el académico Peter Watson, y que tiene el título de “Ideas, Historia Intelectual de la Humanidad”, el autor menciona que “... lo más sorprendente de todo sea, que los estudios más recientes sugieren que los descubrimientos científicos de Newton, que cambiaron al mundo, podrían no haber sido realizados nunca, de no ser por sus investigaciones alquímicas” (o astrológicas).

La alquimia no es otra cosa que una “astrología terrestre”, como se le conoció por muchos sabios alquimistas. La razón detrás de esto es que la alquimia establecía un sistema de “correspondencias”, entre las influencias sutiles e invisibles planetarias con los elementos concretos de la naturaleza. De esta manera, al entender el impacto sicológico que ejercían los planetas en la mente y los acontecimientos humanos, se intentaba establecer la misma influencia en los metales, a través de una compleja y secreta manipulación de los mismos. Al final se alcanzaría la transformación en oro o el “ennoblecimiento” tanto del material en cuestión, como la personalidad del alquimista o astrólogo.

Para la época que Newton vivió, la astrología era la más venerada de las ciencias. Todas las universidades importantes de Europa enseñaban esta disciplina, entre ellas Cambridge, donde Newton la estudió. Incluso, la más respetada de las instituciones científicas, la Royal Society, fue establecida por astrólogos y alquimistas científicos. La astrología se consideraba una forma de conocimiento que sintetizaba la unidad de todo lo que existe, desde la vida de las plantas hasta la comprensión de las verdades últimas de lo real, y la interpretación del destino de los seres vivos.

En síntesis, la astrología es el origen de la ciencia misma. Desde la astronomía, la calculación del tiempo, las matemáticas, medicina, bótanica, minerología, química, alquimia, psicología, entre otras disciplinas.

El pensamiento astrológico estuvo detrás de la hipótesis heliocéntrica de Copérnico, de las leyes del movimiento planetario de Johannes Kepler, así como de el descubrimiento de la circulación de la sangre hecha por William Harvey. Por lo que no debería sorprender que Isaac Newton utilizara las observaciones astrológicas como fundamento para sus más importantes descubrimientos, expuestos en la obra “Principios matemáticos de filosofía natural”.

En la biografía que James Gleick escribió sobre Newton, relata cómo el joven científico aprendió de manera autodidacta la trigonometría y otras matemáticas avanzadas, al estudiar libros de astrología.

Esto vincula el desarrollo del “cálculo infinitesimal”, descubierto por él, con el estudio astrológico. Por otra parte, la teoría de la “fuerza de gravedad universal”, fue el resultado de la observación de una energía “invisible” que mantenía a los planetas (que eran estudiados con propósitos astrológicos) dentro de unas órbitas específicas. Por lo que utilizando el método de las “correspondencias”, de la alquimia y la astrología, Newton pudo intuir que la misma fuerza que mantenía a los planetas en sus órbitas, debería ser la misma que gobernaría los acontecimientos de nuestro planeta, y de las estrellas lejanas (como es arriba es abajo).

El descubrimiento de los colores del arco iris en la luz solar, por parte de Newton, fue la consecuencia natural, de la asociación que hacía la astrología, de cada planeta con un color. De esta forma, si estos cuerpos celestes ejercían tan poderosa influencia en los asuntos terrestres, su energía tendría que estar siendo transmitida a través de la luz del Sol. Por tanto la luz tendría que estar compuesta de los colores vinculados a los planetas.

Lamentablemente se interpretó a Isaac Newton como un frío matemático que veía el mundo y el universo funcionando en una forma mecánica. Un factor que contribuyó a esta imagen equivocada del científico, fue el hecho de que una parte considerable de su obra, que no versaba sobre temas puramente matemáticos, fuese olvidada por la posteridad. Además, el mismo Newton fue muy reservado con las conclusiones y descubrimientos hechos con la alquimia y la astrología.

Finalmente la tradición astrológica que desde el Renacimiento formó parte del discurso científico, fue lentamente marginada del desarrollo académico en las universidades. Las razones fueron varias, entre ellas esta la perspectiva matemático-mecanicista, que criticaba el conocimiento cualitativo que no pudiera ser demostrable mediante explicación empírica. Deplorablemente muchos detractores de la astrología ni siquiera se han molestado en estudiarla con detenimiento. Tal como sucedió con el astrónomo Edmund Halley, quien solía desprestigiar la astrología, hasta que Sir Isaac Newton le dijo “Yo, señor, he estudiado el tema (astrología), y usted no”.