domingo, 11 de mayo de 2014

El destete: Un proceso voluntario y natural

El destete: Un proceso voluntario y natural

Hace un ratito mi niño grande, Lucas, con 6 años y 5 meses me decía si podía tomar tetola porque “mi cabeza y mi corazón me piden leche de mama”…
Se desteto el solito hace mas de medio año, cuando le faltaba un mes para cumplir 6 años, después de compartir durante medio año “la teta de chocolate”  y prestarle todo el  tiempo la “tetola de zumo” al bebe.
Vivimos una lactancia en tandém tranquila y sosegada, solo en una ocasión se colocaron ambos a la vez, la de la foto, la hice a tientas con el teléfono intuyendo que aquello no se repetiría.
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Lucas siempre respetaba el momento de su hermano, le miraba desde lejos ensimismado y sonriendo viendo como el pequeño crecía a ojos vista enganchado a la tetola, otras veces desde cerca mientras le acariciaba los pies, algunas mas inquieto pidiendo con sus palabras o con sus hechos la atención exclusiva perdida tras la llegada de Martín.
Ya desde meses antes del destete, los últimos del embarazo y los primeros de vida de su hermano, vivía una lucha interior consigo mismo, entre ser un niño grande por fuera y por dentro, querer serlo y parecerlo…
Pocos sabían que Lucas todavía tomaba pecho. Porque darle o no darle nunca fue un tema de conversación fundamental para mi. No veía necesario reafirmarme en mi convencimiento de que lo que estaba haciendo no era perjudicial para mi hijo, sino todo lo contrario, por ello no veía necesario buscar la complacencia de la sociedad que me rodeaba. El me buscaba, me pedía pecho y yo simplemente se lo daba. Aquí comenzaba y finalizaba “el problema”… Muchos a mi alrededor si que lo veían como tal… “No la va a dejar nunca”… Pues mira, si que la dejo… Aunque tampoco he informado al respecto… No tiene sentido… Solo nos incumbe a nosotros.
No tuve necesidad de llegar a ningún acuerdo, ni pedirle que no lo pidiera, ni darle otras cosas a cambio… Simplemente un día dejo de pedirlo, dejo de necesitar esa parte de nuestro vinculo, y lo sustituyo por otros, busco otras formas de estar conmigo, de demostrarme su cariño, de buscar mi calor, mi apoyo, mi olor, mi ternura, mis caricias, mis palabras de arrullo y consuelo…
Fue un proceso progresivo, y para cada fase necesito meses, ahora que lo analizo me doy cuenta que fue dejando el pecho cuando afianzaba y se sentía cómodo con otras formas de comunión, comunicación, cercanía, cariño, apoyo, amor… conmigo. Tal vez la llegada de su hermano acelero la última parte del destete, ya que aunque trate de evitarlo, fueron muchos los comentarios negativos que escucho sobre la “posibilidad” de que el también tomara la teta…  muchas personas intuyendo que todavía mamaba hacían comentarios hirientes infravalorandole y haciéndole sentir pequeño, justo en ese momento en el que recién estrenaba su ansiada posición de hermano mayor y mas sensible a los comentarios críticos se hallaba.
Cuando me quede embarazada Lucas tenía 4 años y 9 meses y tomaba pecho por la mañana antes de desayunar y por la noche antes de dormirse. Fue el primero, después de mi, en notar que el bebe estaba en camino, una mañana, días antes de que la prueba de embarazo confirmara mis sospechas me dijo que la tetola sabía diferente, “mama, la teta sabe a gominola”… Unas días después dejo la toma de la mañana, sin explicar nada, simplemente una mañana no lo pidió, ni a la siguiente… Y no paso nada… Seguimos con nuestras rutinas de siempre, sin cambiar nada… Fue un punto y aparte sin llantos, ni frustraciones por ninguna de las dos partes…
Siguió tomando pecho justo antes de dormir hasta la misma noche en la que ya estaba de parto… Cuando vino a conocer a su hermano, después de la emoción de verlo por primera vez y redescubrirme como su mama pero también como la mama de Martín, de observar extasiado como mamaba aquella personita tan minúscula que le decíamos que era su sangre y a quien tenia que proteger y que seria su compañero de vida, se me acerco temeroso y me pregunto si cuando acabara el también podía tomar tetola… Su sonrisa cuando le dije que si me emociono hasta las lagrimas… “Pensaba que ya no podía”… ¡¿Que le habrían dicho?¡… Y allí mismo, en el hospital, 24 horas después de nacer Martín comenzamos el tandem.
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Mucha gente se escandalizo mas con el tandem que con el hecho de haber mantenido una lactancia mas allá de lo que  esta establecido como socialmente correcto. Nadie le “robo” nada a nadie, al contrario, pero de ello ya hablaré en otro post.
A mediados de octubre, a los cinco meses y medio de nacer Martín, muchas noches se quedaba dormido mientras le leía, o mientras hablábamos recostados mientras le abrazaba… No pedía la teta y yo no se la ofrecía… Cumplíamos a la perfección nuestros roles de lactancia a demanda: él pedía si necesitaba, yo simplemente le dejaba tomar de mi, de mi cuerpo, aquello que le era imprescindible en ese momento… Fue así hasta que una noche, tras otra, tras otra, … cumplió su rol demandante dejando de demandar … en ese momento el destete fue un hecho…
Pero no un hecho consumado, porque al igual que esta noche ha habido otras, espaciadas y sin relación unas con otras, aunque tal vez motivadas por los sucesos de la jornada en los que en nuestra rutina introduce con voz queda la petición de un ratito especial con mama, … lo bueno que tiene su edad es que puedo hablar con él sobre la razón de su necesidad, … Él analiza, explica, … unos días se duerme sin mas, otros juega con el pezón y se acaba riendo de si mismo, los menos succiona durante unos segundos y sonríe pícaro como quien acaba de hacer algo que se supone que no debe, y algún otro, como esta noche  se consuela poniendo su manita encima del pecho de mama, “justo donde late el corazón”… “¿y donde es eso?” … “cerquita, cerquita del pezón”… Con su manita en mi pecho se ha quedado dormido, tranquilo, relajado, ajeno a los problemas y a las preocupaciones de los mayores, ignorante de nuestros miedos, feliz…
Porque por encima de todo eso es lo que anhelamos todas, que nuestros hijos sean felices… Felices y confiados en todas las etapas de su crecimiento. El destete es una de esas etapas, por ello, debe ser un proceso sin lagrimas, sin traumas, sin presiones, … un proceso voluntario y natural … un proceso feliz…
No había escrito sobre el destete porque quería dar una visión completa de todo el proceso, pero esta noche me he dado cuenta que no es algo que pase de un día a otro, que aún habiéndose materializado en la ausencia de tomas, en la ausencia de demanda, sigue sin finalizar del todo… Él sigue necesitando ese contacto, aunque no la succión… Esta diciendo adiós a una etapa e iniciando otra, crece a mi lado, avanzamos juntos, no se frustra, no me siento inútil ahora que ya no quiere mi pecho, no se siente desprotegido, no me siento abandonada, no se siente aislado, no me siento sola, no se siente solo… Seguimos siendo un todo juntos. Me siento satisfecha por haberle dado lo que necesitaba de mi cuerpo en cada momento. A partir de ahora comienza otra aventura…
otra aventura

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