En estos tiempos de crisis, más que nunca, debemos actuar utilizando una de las herramientas más poderosas y efectivas que conozco: la escucha activa.
Como dice el refranero castellano muy sabiamente: “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon la tuyas a remojar”. Aunque a mí personalmente no me afecta en demasía la situación económica que vivimos (lo cual agradezco diariamente), desde hace un tiempo participo activamente en organizaciones sin ánimo de lucro, foros en internet, y en algunos “networkings” profesionales, con el propósito de conocer nueva gente, posibilidades y ver diferentes realidades, abrir mi mente, ver otras opciones y observar cómo las personas se “reinventan”.
Los que me conocéis, seguramente ya intuís qué es lo que voy a deciros que aprendí de esta situación. A los que no me conocéis tanto, aquí os dejo algunos (de los innumerables que se me ocurren) puntos de reflexión:
¿Realmente estoy abierto al cambio?
¿Estoy escuchando activamente a mi entorno?
¿MI necesidad de ser aprobado es más importante que MI cambio (que incluye al otro, claro)?
¿Estoy siendo empático conmigo mismo o sólo con mi parte de dolor y sufrimiento?
¿Desde mi zona de confort (los palos que me han dado, mis miedos, mis sentimientos), “ahogo” al otro tanto, que no le queda más remedio que salir corriendo?
¿Estoy participando activamente en mi vida o solamente estoy perpetuando y ahondando en mis carencias y bucles negativos/destructivos?
¿Realmente estoy abierto al cambio?
¿Estoy escuchando activamente a mi entorno?
¿MI necesidad de ser aprobado es más importante que MI cambio (que incluye al otro, claro)?
¿Estoy siendo empático conmigo mismo o sólo con mi parte de dolor y sufrimiento?
¿Desde mi zona de confort (los palos que me han dado, mis miedos, mis sentimientos), “ahogo” al otro tanto, que no le queda más remedio que salir corriendo?
¿Estoy participando activamente en mi vida o solamente estoy perpetuando y ahondando en mis carencias y bucles negativos/destructivos?
La ESCUCHA ACTIVA implica necesariamente salir de mi zona de “confort”, borrar de mi mente todos los pensamientos que acuden a ella, y sentarme cómodamente en la empatía y escuchar… y que me escuchen.Es estar presente en el presente. Cuando se practica la escucha activa, no hay necesidades, reproches, agresiones, objetivos, órdenes… sencillamente hay, como mínimo, dos personas ENTENDIÉNDOSE, ACOMPAÑÁNDOSE, APOYÁNDOSE. Si nos expresamos desde las creencias limitantes, zona de confort, miedos… lo único que hay es el incesante ruido de la rutina, miedo, hastío, incomprensión y sentimiento de soledad.
Un truco: para llegar a la escucha activa, primero has de escucharte a mí mismo… a tus VERDADERAS necesidades, que te guiarán en el hermoso proceso de autoconocimiento para llegar al objetivo: avanzar y crecer en todos los aspectos de tu vida. Los terapeutas, comunicadores, coaches, poseen herramientas poderosas para lograr el objetivo de diferenciar entre tus VERDADERAS necesidades y las que proceden de tu zona de confort. No dudes en consultar a un profesional para lograrlo, ya que, en la mayoría de las ocasiones, si lo intentamos nosotros mismos, solemos hacernos trampas o inventarnos atajos…pero eso es tema para otro artículo.
Ya sabes, si te gustó esta reflexión, no lo dudes. Un “me gusta”, RT, compartirlo con tu entorno y por supuesto, tu comentario, nos hace evitar a todos atajos que conducen al fracaso.
Hasta pronto!!
http://piensaenpositivo.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario